asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

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domingo, 21 de septiembre de 2008

Alcoholismo y Drogadicción; ¿Un problema psicosocial en Chile?

Según la Asociación Americana de Psiquiatría (DMS-IV), “la característica esencial de la dependencia de sustancias consiste en un grupo de síntomas cognoscitivos, conductuales y fisiológicos que indican que el individuo continúa consumiendo la sustancia, a pesar de la aparición de problemas significativos relacionados con ella”, y añade que “existe un patrón de repetida auto administración que a menudo lleva a la tolerancia, a la abstinencia y a una ingestión compulsiva de la sustancia”. En este sentido la dependencia no es absoluta, sino un elemento cuantitativo de distinta magnitud, y en el extremo del espectro de la dependencia se asocia a “consumo compulsivo”.
Mapa Conceptual del Desarrollo de la Drogodependencia


(CINTECO, Psicología Clínica y Siquiátrica. 2008. consultado en septiembre, 24, 2008 en http://www.cinteco.com/profesionales/2008/03/30/drogodependencias-marco-conceptual/


El fenómeno psico-social de la drogadicción comprende una serie de factores dignos de atención que, simultáneamente, hacen de este tema un complejo entramado de áreas de intervención y reflexión. Del mismo modo, la droga, como un producto cultural, está teñida de un acervo de apreciaciones provenientes desde las múltiples posibilidades de su uso, ya como agente estimulador de rituales religiosos, ya como un mero pasatiempo de la sociedad industrial, o como un flagelo a ser controlado y erradicado del horizonte de posibilidades del individuo. La droga atraviesa la trama de las percepciones políticas orientadas hacia el control desde el plano jurídico, como ente cristalizador de la institucionalidad de la sociedad, hasta el plano reflexivo que la instiga como un agente liberador de este estado que Freud (1929) denominó como un “malestar” cuya expresión es una neurosis articulada desde la inhibición progresiva de las pulsiones libidinosas y de muerte. Esta neurosis es precisamente, desde esta perspectiva, aquella capaz de garantizar la posibilidad de una sociedad y de ahí que la droga pueda ser vista, desde perspectivas opuestas como un liberador capaz de hacer retornar al hombre a la experiencia de un sentimiento oceánico, a una total fragmentación de la barrera del yo, o como un agente de control social, en la medida en que aletarga a los individuos tornándolos funcionales, dóciles, permeables y, por tanto moldeables frente a las convenciones de la vida capitalista.


Esta seguidilla de ensayos, pues, no pretende albergar de forma sistemática el profundo hilo que sustenta a todas las múltiples miradas existentes en torno al fenómeno. Muy por el contrario, como de cualquier artilugio literario, pretende, más bien, dar una visión escamoteada, si se quiere, de la realidad a través del enfrentamiento de partidarios y detractores para poder esbozar un reflejo intimo de la posibilidad de representar en la forma de una fenomenología aquellas cavidades individuales del uso de la droga en la sociedad contemporánea.

Siendo así, ¿Qué entendemos como adicción y como drogas? ¿Qué es lo que las hace malas, buenas o aceptables? ¿Qué puede hacer la sociedad con respecto a este tema?


Acá, un artículo publicado en La Nación el 13 de abril de 2007:


LOS MEDICAMENTOS RECETADOS Y CONSUMIDOS MUNDIALMENTE TAMBIÉN SON CUESTIONADOS

Drogas: lo bueno, lo malo y lo adictivo

Mientras en Chile el Parlamento debate las modificaciones a la Ley de Alcoholes, en otros países se piensa en reconsiderar la clasificación e incluir a la bebida y al tabaco entre las sustancias más peligrosas. En este artículo, el autor de “El culto a la farmacología” advierte sobre la necesidad de ir más allá y clasificar a las drogas según su daño social.

Richard DeGrandpre


Un nuevo informe de investigadores británicos publicado en la revista The Lancet afirma que el alcohol y el tabaco son más peligrosos que algunas drogas ilegales, incluyendo marihuana y éxtasis. El estudio, basado en evidencias acerca de los riesgos y daños asociados a las drogas, sugiere que el alcohol y el tabaco sean reclasificados legalmente entre las 10 sustancias más peligrosas. El informe se produce luego de que una comisión independiente de la Real Sociedad de las Artes describiera a las leyes británicas sobre las drogas como motivadas por “pánico moral”. Esta “escala racional” para evaluar los daños y el mal uso ha sido saludada como un hito. Pero la idea de reclasificar legalmente a las drogas según sus daños no es tan fácil. Después de todo, varias de las drogas que encabezan la lista revisada son drogas recetadas, como los barbitúricos, las bezondiazepinas y el Ritalín. ¿Creemos realmente que los usuarios de estas sustancias debieran ser considerados drogadictos? Lo que esta investigación verdaderamente demuestra es que la enredada idea de clasificar a las drogas como buenas o malas ha puesto a la sociedad en un lío.

Cuando las “medicinas patentadas”, incluyendo la cocaína y la heroína (marca vendida por la farmacéutica Bayer) perdieron su prestigio a comienzos del siglo 20, la Asociación Médica de Estados Unidos se unió a la industria farmacéutica para crear una noción de drogas “éticas”. Esto significó a su vez que las drogas psicoactivas expulsadas de la farmacopea médica fueron estimadas “no éticas”. A medida que fue desarrollándose un mercado blanco para las drogas “alteradoras de la mente” con receta, también emergió un mercado negro. Esto instaló un criterio social para entender a las drogas basado no en la farmacología sino en la historia social de una droga. A fines del siglo 20, esta prohibición diferencial había evolucionado hacia una vergonzosa situación, en la cual aquellos con acceso a las medicinas legales podían convertirse en drogadictos legales, mientras que los que compraban drogas en la calle eran considerados criminales y encarcelados. Esto fue especialmente cierto en Estados Unidos. Mientras el consumidor de opio Rush Limbaugh, el popular anfitrión radial conservador, entraba a rehabilitación tras años de despotricar contra los adictos, miles yacían en prisión después de cometer más o menos los mismos actos. El millón de pequeñas piezas que configuran el problema de drogas en Estados Unidos no se encontraba en los centros de rehabilitación sino en el sistema carcelario estatal y federal. También el concepto de adicción se hizo añicos durante el siglo 20. El alcohol es de hecho comparable en su adictividad a la heroína y la cocaína, como sugiere el estudio británico, pero no comprendemos esto debido a los diferentes lentes que usamos al mirar las diferentes drogas. Estos lentes son hoy tan poderosos que ni siquiera nos referimos al alcohol como una droga. Sin embargo, el alcohol es parecido en su daño a estas otras drogas y ello no se debe sólo a que es consumido por tantas personas. Cuando la cocaína y la morfina eran usadas por las masas, hace un siglo, la gente sabía de ellas lo que hoy sabemos sobre el alcohol. La mayoría de los consumidores no desarrollan adicciones, aunque algunas personas tienen mayores probabilidades de hacerlo que otras, por razones de desarrollo, personales y biológicas.

Un sistema racional para clasificar las drogas es una buena idea, pero no debe reclasificar sólo drogas. Debe ir más allá, destruyendo el mito de que algunas drogas son inherentemente buenas, malas, potentes o adictivas.

En otras palabras, el culto a la farmacología debe ser reemplazado por un culto a la razón que enfatice que las drogas somos nosotros. Lo que hacen las buenas o malas drogas es primero y sobre todo un tema social, no uno farmacológico o médico.
Richard DeGrandpre, 2007. International Herald Tribune; The New York Times Syndicate, Consultado en Septiembre, 21, 2008 en www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20070412/pags/20070412200153.html

© La Nación, 13 de abril de 2007


Referencias:

- Freud, S. (1929) El Malestar en la cultura En: Freud. S. (1982) Obras Completas. Vol. 21. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
- CINTECO, Psicología Clínica y Siquiátrica. 2008. consultado en septiembre, 24, 2008 en http://www.cinteco.com/profesionales/2008/03/30/drogodependencias-marco-conceptual/

- Richard DeGrandpre, 2007. International Herald Tribune; The New York Times Syndicate, Consultado en Septiembre, 21, 2008 en www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20070412/pags/20070412200153.html

2 comentarios:

Pablo Fuerte dijo...

¿Quien es Richard DeGrandpre?
Cita correctamente el texto en Apa.

Pablo A. Ugarte Insinilla dijo...

Es fundamental desarrollar las propuestas de los autores y no sólo cortar y pegar. Falta análisis.