asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

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viernes, 26 de septiembre de 2008

El Fetichismo en el Trabajo

Uno de los principales problemas que se da entre la conciliación de la familia y el trabajo, es el tope de horarios que muchas veces nos impiden desarrollar uno de estos dos ámbitos, como por ejemplo, en el caso de dueños(as) de casa que deciden dar mayor énfasis a la crianza de los hijos no van a poder desarrollarse en el ámbito laboral, como viceversa. Frente a esto lo que evidenciamos no es una disputa o choque entre la esfera laboral y familiar, más bien la decisión y las prioridades de una persona sobre uno o este otro ámbito de la vida.
Por lo anterior, es que no solamente las jornadas legales de laburo, como los espacios existentes para conjugar las partes de familia y trabajo (como las salas de cuna, jardines infantiles, etc.), son el impedimento para un desarrollo bueno en ambas esferas de la vida. Si no que gran parte de la responsabilidad recae en los hombros de los protagonistas que interactúan dentro de estas. Pero el problema que se crea es que muchas veces estos mismos protagonistas no se dan cuenta, o no quieren darse cuenta de que las cosas pasan por sus propias manos. Una aproximación de esto lo encontramos en lo que Lacan dice de fetichismo, que lo presenta como una renegación de la percepción o de la realidad. Por ejemplo, estoy en desacuerdo con las jornadas laborales, pero en mi vida cotidiana las sigo reafirmando; existe una famosa frase que explica de mejor manera esta concepción: “no, pero igual…”. Este fetichismo primariamente formado por una cultura en donde se valora las horas de trabajo sobre su calidad, en donde se forma una imagen un poco distorsionada de la realidad, eso sumándole (en el caso del padre) a una ideología machista en donde él no se inmiscuye con los asuntos de la casa, relegando todo a la madre.
Es por esto que muchas veces pese a estar agotado de tantas horas de trabajo y de llegar tarde a la casa, seguimos acumulando deberes para otro día, e incluso nos llevamos el mismo laburo a la casa. Pero pese es este gran “sacrificio” laboral de quedarse más horas trabajando o cumplir con una jornada laboral extensa, no se ve recompensada, ya que los chilenos seguimos siendo los que más trabajan y lo que menos producen como lo demuestra los dichos de María Ester Feres (2004), en una publicación del diario la nación, en donde menciona si “Cabe preguntarse si la gran cantidad de horas laborales por individuo no es parte integrante también de la baja productividad individual del trabajo, como se refleja en la posición sostenidamente baja de nuestro país en los mismos rankings que miden la duración de la jornada"(Ester, 2004). Estas palabras no hacen más que reafirmar lo que hemos mencionado anteriormente, que no importa la cantidad de horas que se trabaje, el verdadero cambio se encuentra en el desempeño personal que nosotros hagamos en este.