Embarazo Adolescente: ¿reproducción de la pobreza?

Podría establecerse una relación entre embarazo adolescente y pobreza, siempre y cuando se esté arraigado al embarazo en los estratos populares de nuestra sociedad.
Chile posee una baja tasa de fecundidad en relación con el resto América Latina, siendo ésta de 44 nacimientos por mil mujeres del grupo de 15-19 años, siendo incluso significativamente más alta en comparación con países desarrollados.

Ahora bien, ¿qué pasa a nivel de comunas?
Sin duda existe una gran diferencia por estratos sociales, siendo las comunas de escasos recursos las de mayor tasa de fecundidad en los jóvenes. Esta acción repercute considerablemente en relación a las prácticas sexuales, produciéndose una actividad sexual precoz por parte de los estratos bajos.

En los Anuarios Demográficos de la INE es posible apreciar una comparación por comunas de acuerdo al estrato social, arrojando datos como que en la comuna de La Pintana uno de cada 4 niños que nace tiene por madre a una adolescente, mientras que en la comuna de Vitacura, sólo uno de cada 126 niños tiene por madre a una adolescente. Una brecha que no deja de ser significativa y nos hace preguntarnos, ¿qué pasa en ambos estratos que generan tan distintas repercusiones?, ¿tendrá que ver la educación sexual?

Argumentando por este lado que en los estratos populares ésta no tiene un peso real, ¿o simplemente se deberá a otros factores que escapan y han pasado desapercibidos a nuestra mirada, o que incluso conociéndolos, los ignoramos?

En el Censo nacional 2002: 12.3% de las jóvenes entre 15 y 19 años declara tener hijos, es decir, este segmento de mujeres, que alcanza a 77.291, se encuentra experimentando biográfica y socialmente la condición de maternidad juvenil.

Ahora cabe señalar como es vivenciada la pobreza en este sector, esgrimiendo unas posibles causas de este hecho y absteniéndose al mismo tiempo de hacer una definición de tal por considerarlo un tema de común conocimiento que, en una entrada posterior, bien pudiese profundizarse.

La maternidad en los estratos populares es una realidad que afecta todo el entorno del individuo. Al no presentarse las condiciones necesarias para vivenciar esta etapa, se hace muy difícil su desarrollo. Por un lado está presente la carencia económica, el bajo poder adquisitivo que dificulta la cobertura de las necesidades básicas como el alimento, abrigo, hogar, etc. Y por otro quizá, la carencia afectiva, esa necesidad de estima que no fue satisfecha por atender otras preocupaciones por parte de los padres del adolescente. Estas carencias afectan tanto el pensar como el funcionar del individuo y al presentarse el embarazo no puede más que generarse una angustia. Existe el deseo manifiesto de no reproducir esta realidad con el hijo pero, ¿qué se puede hacer?, ¿cómo escapar del circulo de la pobreza si ahora la problematización es mayor? Ya no sólo se lucha por salir del círculo de la pobreza de manera individual, ahora hay un hijo de por medio, un hijo que quizás sin quererlo coartó todas las posibilidades de movilidad social. Se vienen más responsabilidades, si antes el trabajo era necesario para subsistir ahora lo es el doble. Hay otra boca que alimentar, la boca de un hijo que no pidió venir a al mundo, pero que quizás le toque vivir las “penas” de esta sociedad.

Fuente: Elaboración propia con datos de Estado de la Población Mundial 2003, UNFPA
Anuarios Demográficos INE 2001