asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

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jueves, 25 de septiembre de 2008

Desarrollo sustentable

Siguiendo en la misma línea del artículo que trata el tema de la sobreexplotación de los recursos naturales, resulta interesante traer a la discusión el concepto de “Desarrollo sustentable”. La Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo definió el desarrollo sustentable como un desarrollo que “satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades para satisfacer las necesidades de las generaciones futuras”. De manera tal que este enfoque sustentable surge como una alternativa posible para continuar con el desarrollo económico, humano, ambiental y tecnológico, de un modo equilibrado y consciente, sin que sea necesario entonces arrasar inhumanamente con los recursos naturales disponibles en el ecosistema.

Los postulados de éste enfoque son sumamente interesantes, sin embargo la implementación de un modelo de este orden significa un cambio radical en el modo actual de manejar lo económico, lo humano, lo ambiental y lo tecnológico. Implica una serie de mutaciones a nivel estructural de la sociedad. Como punto de partida y fundamental, debe ser un proceso gradual que refiera, en términos de Merton (1960), a cambios en las metas culturales, en este caso podría ser alcanzar un nivel de desarrollo y progreso cada vez mayor (económico, humano, tecnológico y ambiental), y que el modo de alcanzar dicha meta respete el cumplimiento de las normas institucionales requeridas para llevarla a cabo, vale decir, que se cumpla con los criterios, normas y valores de sustentabilidad.

Por otra parte, no se puede dejar de mencionar que el desarrollo sustentable es un concepto relativamente nuevo y controvertido, no existe un desarrollo sólido de sus políticas, el camino para un desarrollo sustentable varía según el grado de industrialización del país, y como ya se señaló, el desarrollo sustentable es un proceso de avance simultáneo en cuatro dimensiones: económica, humana, ambiental y tecnológica. Por lo tanto, la implementación de este modelo no es una tarea sencilla, por el contrario, implica involucrarse en una disputa política y económica sumamente ardua y prolongada.

Un pensador que se identifica con esta línea de pensamiento es Manfred Max Neef, economista chileno, ex candidato a la presidencia de chile y premio nobel alternativo. Continuando en la línea de la sustentabilidad y por tanto de una extracción moderada y equilibrada de los recursos naturales para fines económicos, éste autor, eminencia en el tema, señala que “ninguna economía es posible al margen de los servicios que prestan los ecosistemas. Que eso sea algo que la mayoría de los economistas no toman en consideración o no entienden, es el resultado de una enseñanza de gran pobreza teórica y profundamente desvinculada de la realidad” al ser consultado en una entrevista por la relación entre economía y ecología.

No cabe duda que la temática del daño medioambiental hoy en chile y en todo el mundo representa un problema que arrastra consecuencias o efectos que trascienden la esfera de lo meramente ambiental. Toca como bien lo postula el desarrollo sustentable cuatro dimensiones: economía, ambiente, humanidad y tecnología. Lamentablemente la codicia y las altas aspiraciones económicas han forzado este problemático panorama vertido en estas cuatro dimensiones recién señaladas.

El desastre de CELCO por ejemplo, trajo consigo un decaimiento en la actividad turística de la zona, deterioro del ecosistema, molestia en la población, decaimiento económico, y traslució inconcebibles vacíos legales de la legislación chilena respecto al cuidado medioambiental entre otras cosas. Por otra parte, vemos como la indiscriminada explotación de los recursos energéticos a nivel mundial tiene en estos momentos a los gobiernos de todos lados buscando soluciones políticas y económicas que no logran ser más que parches, puesto que el ritmo de explotación ha sido tan brutal, que el agotamiento de los recursos energéticos clásicos es una realidad inminente. ¿Qué surge en el camino entonces? ¿Qué se espera para el futuro? ¿Fuentes energéticas alternativas? ¿Acaso menos costosas? Más allá de la incertidumbre del porvenir, lo cierto es que en la actualidad la economía individual de los chilenos, el bolsillo particular de cada ciudadano de esta patria se ha visto afectado por el gran daño provocado por los inconscientes modos de explotación que el hombre moderno y su tecnología ha dado a los recursos energéticos. Lo que más extensivamente se traduce a una sobreexplotación de todos los recursos naturales disponibles ya no solo afectando los bolsillos alrededor de todo el mundo, sino que produciendo serios daños en la salud de las personas.

Señalando ejemplos que den cuenta de la irreversibilidad de los daños causados a la naturaleza producto de la intervención humana se puede seguir largo rato. Sin embargo, resulta más interesante ahora averiguar qué tipo de grupos humanos son los que han tomado las banderas de la defensa medioambiental. Curiosamente, no han sido los estados, los gobiernos, los grandes empresarios ni ningún grupo de poder quienes han puesto la alerta y han asumido una lucha que permita revertir la situación de sobreexplotación del ecosistema.

Más curiosamente aún, han sido personas común y corriente, una especie de voz ciudadana ordinaria que se ha reunido en organizaciones sin fines de lucro, principalmente de carácter internacional quienes han optado por cargar con esta responsabilidad. Tal es el caso de Greenpeace y de OCEANA. Esta última se autodefine como “una organización internacional sin fines de lucro, dedicada a la protección y recuperación de los océanos de todo el mundo. Con su equipo de científicos marinos, economistas, abogados y periodistas, entre otros profesionales, Oceana centra sus esfuerzos en la prevención del colapso irreversible de los stocks pesqueros, la reducción de la contaminación marina, y en la protección de los mamíferos marinos y otras formas de vida que albergan los océanos. La organización cuenta con oficinas en Norteamérica, Europa y Chile, y con una red de más de 300.000 colaboradores y ciberactivistas en 150 países”. En el caso de Greenpeace cuando te invitan a hacerte socio en su página web se presentan de la siguiente manera: “Somos una organización independiente que se mantiene gracias y sólo con los aportes de nuestros socios. No recibimos financiamiento de empresas, ni gobiernos o partidos políticos. Por eso TU COLABORACIÓN es imprescindible”.

Como se puede observar, el daño medioambiental es un problema que si bien se manifiesta o hace síntoma de manera local, caso CELCO, Chernóbil, Hiroshima, entre muchos otros, donde cada gobierno particular debe liderar y asumir los costos de restauración en caso de catástrofes como estas, lo cierto es que en la cotidianeidad, en los períodos de “tranquilidad” y “mansedumbre” son redes de ciudadanos organizadas internacionalmente, quienes con los recursos disponibles según su posición lideran la lucha contra los daños al ecosistema. Sin embargo, esta disputa no se debiera enfocar exclusivamente en la irreversibilidad de los daños medioambientales, sino que debería concentrar gran ímpetu en enfrentar a un enemigo quizás aun peor y más complejo, el poder económico y político. Es desde estas esferas de poder que surge y se comanda la sobreexplotación. Sin embargo, paradojalmente, al interpretar la lectura de Merton (1960) se puede ver que no son las personas en su individualidad ni los poderosos reunidos en sus grupos de poder quienes maquinan esta situación. Más bien, se puede revelar que existe un orden social, una estructura social subyacente desviada que da forma a la sociedad, la cual instala a estos sujetos en dicho lugar de poderosos explotadores (a pesar de ellos) arrastrándolos a la consecución del fin o meta cultural del éxito económico y del poder.

Referencias

Merton, R. (1960). Teoría Social y Estructura Social (4 estudios). Ed. Andrés Bello.
http://www.oceana.org/america-del-sur/quienes-somos/
http://www.cinu.org.mx/temas/des_sost.htm
http://www.greenpeace.org/chile/
http://www.revistaca.cl/2005/10/manfred-max-neef-la-inevitable-necesidad-de-una-mayor-eficiencia-energetica/

2 comentarios:

Pablo Fuerte dijo...

Las citas y referencias deben estar en formato Apa. Si no, se les descontarán puntos como lo discutimos en ayudantía. No basta con escribir la página web.

Pablo A. Ugarte Insinilla dijo...

Me llama la atención que sólo en la última intervención se hagan cargo del tema que los convoca.
A pesar de ello, encuentro que lo desarrollado en torno al desarrollo sustentable es apropiado, aunque a veces te vas por las ramas.