asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

jueves, 16 de octubre de 2008

RESPUESTA DE ALCOHOL Y DROGAS

Para empezar, y de acuerdo a la temática planteada por el profesor en cuanto a la diferencia entre adicción y uso de drogas, expondremos brevemente que se entiende por cada cual.

Según lo propuesto por el CONACE, se habla de consumo problemático cuando este afecta directa o indirectamente al individuo o a terceros en las diversas áreas en que se mueva – tales como familia, salud, escuela, seguridad personal, pares, funcionamiento social-. Esta clase de consumo se manifiesta en dos patrones:

Consumo perjudicial (CIE 10): Forma de consumo de alguna sustancia psicoactiva que causa daño a la salud, que puede ser físico (Ej.: hepatitis) o mental (Ej.: Trastorno depresivos secundarios), incluido el deterioro del juicio o alteraciones del comportamiento. Debe haber pruebas claras de que el consumo de una sustancia ha causado o contribuido al daño y que ha persistido por lo menos un mes o se ha presentado en reiteradas ocasiones en el periodo de un año.

Síndrome de Dependencia (CIE 10): Conjunto de manifestaciones físicas, conductuales y cognitivas que demuestran que el consumo de una o más sustancias adquieren, para la persona afectada, una prioridad desproporcionada con relación a otras conductas que antes tenían mayor valor.

CONACE (2007). Tratamiento del consumo problemático de alcohol y drogas y otros trastornos de salud mental en adolescentes infractores de ley. Santiago: Gobierno de Chile.

Sin duda, se necesita del consumo para pasar a la adicción a alcohol y drogas, pero hay una diferencia cualitativa entre uno y otro. En el primer caso estaríamos frente a un comportamiento voluntario, decidido de consumir alguna clase de estupefacientes, mientras que en el segundo, eso mudó a una acción ya incontrolable e intensa que debe ser satisfecha, donde ya no es el consumir en sí lo que se busca, sino paliar los efectos del no hacerlo (Síndrome de Abstinencia) recurriendo a cualquier medio para lograrlo, aún cuando esto implica renunciar a todo y vivir en pos del consumo.

El mundo del alcohol y las drogas, se conoce por primera vez en la etapa de la pubertad, donde se busca la aprobación de los pares por sobre todo, aún- y especialmente- si atenta contra las normas sociales. Es una etapa de conocer y probar cosas nuevas, evadirse de la nueva realidad física y mental que invade y confunde a los jóvenes. Algunos, e incluso la mayoría de quienes probaron alguna clase de estupefacientes en su juventud por cosas de rebeldía y curiosidad, no pasan al siguiente nivel de consumo problemático ni presentan posteriores dificultades con drogas. Sin embargo, un porcentaje de ellos si lo hace, probando drogas cada vez más fuertes hasta ya no poder salir del círculo aquel.
Según lo conversado en la primera entrevista con el director del centro COMTERRA, las drogas lícitas como el alcohol y el tabaco podrían ser para algunos individuos el trampolín a estupefacientes más fuertes y como consecuencia, una situación adictiva. Si bien no todos, la mayoría de los internos de dicho centro, partieron consumiéndolos, junto con la marihuana, en contexto de reuniones juveniles.

El uso de drogas ilícitas está fuertemente concentrado en la población joven entre los 15 y 35 años de edad donde el 11% ha consumido en forma reciente drogas ilícitas como marihuana, cocaína y/o pasta base. En otras palabras, 1 de cada 10 personas entre 15 y 35 años de edad ha usado drogas en forma reciente. Menos del 2% de la población ha usado drogas fuera de ese tramo de edad. Las sustancias ilícitas más usadas en nuestro país son marihuana (5,3%), clorhidrato de cocaína (1.3%) y pasta base de cocaína (0.6%). Sin duda que el mayor consumo de drogas ilícitas es el de marihuana. Se estima que de cada 4 consumidores recientes de marihuana, 1 de ellos presenta signos de dependencia a esa droga. Asimismo, un tercio de los usuarios recientes de cocaína presenta signos de dependencia, lo cual asciende a 1 de cada 2 en el caso de la pasta base.

CONACE (2006). Observatorio Chileno de Drogas: Informe Anual de la Situación de las Drogas en Chile. Consultado en Octubre, 16, 2008 en http://www.conace.cl/inicio/pdf/Obser_ok.pdf.

En cuanto a cómo responden y enfrentan las personas pertenecientes a distintos grupos etáreos, las adicciones de alcohol y droga, nos queda como una parte de la solución para enfrentar este tipo de problemática el tender una mano a los individuos que acarrean esta situación.
Por ejemplo el gobierno ha implantado medidas de protección y rehabilitación para diferentes sectores etáreos; en menores en riesgo social, el CONACE y el Ministerio de Educación iniciaron la implementación de un programa de prevención escolar de carácter continuo y sistemático para los diversos ciclos de enseñanza de la educación nacional. Otra manera son las nuevas políticas de prohibición de publicidad y promoción, en el caso del tabaco. O la prohibición de expendio de bebidas alcohólicas a menores. Entre otros, la existencia de diversas instituciones de rehabilitación, grupos de ayuda y autoayuda, grupos de conversación, etc. Distintas maneras de desafiar este asunto de adicción que pretenden reinsertar a los afectados de una manera en que puedan recuperar su lugar en la sociedad y lograr una calidad de vida buena.

Pero ¿Cómo enfrentan estas personas tales medidas de reinserción, cómo afrontan su problema?
Esto solo podrá funcionar en la medida en que cuenten con el apoyo de terceros, ya se hable de instituciones o la propia familia. Tal como lo mencionara Horacio Rodriguez,, director del COMTERRA en la entrevista realizada, los internos, cuyas edades fluctúan mayoritariamente entre los 20 y 45 años, necesitarían ese respaldo para poder encontrar las fuerzas y querer ayudarse a si mismos. Ciertamente no esta en nuestras manos decidir si un individuo se rehabilita o no, o si vuelve a tener una vida “normal” pues él es el principal responsable de que esto ocurra, pero la existencia de aquellas redes de apoyo y terapias en las que se incluya a los seres queridos son esenciales para una buena reinserción. Al menos así ha funcionado en el centro estudiado, donde la reincidencia es cada vez más baja.

Sin embargo, aún cuando la familia y el individuo aquejado se encuentren decididos a salir de esta situación, siguen existiendo una serie de factores de riesgo ahí afuera, y toma más que fuerza de voluntad el poder alejarse del todo.
Pero entonces, ¿Qué más se puede hacer para detener este círculo vicioso? ¿Castigar al individuo, retenerlo y mantenerlo alejado del mundo real?
Podríamos, como solución, castigar a los consumidores que, bajo su propia responsabilidad ingieren estas sustancias tóxicas haciendo caso omiso de sus contraindicaciones, o echarnos la culpa a la escasa información circulante acerca del consumo de drogas y alcohol. También podríamos partir por cuestionarnos como sociedad, cuestionar lo que se valida hoy en día. Si quizá otras cosas primaran, más allá de las relaciones de poder, la economía liberal y la tendencia al éxito a pesar de los pesares, no habría tanta persona neurótica por ahí tratando de evadirse.
¿Hasta dónde debemos perseguir al consumidor, dónde queda su libertad para decidir, para tomar decisiones, para ingerir lo que se le de la gana?
Como bien indica Goral (2007); el Derecho Penal acepta la existencia de actos perjudiciales, aquellos en donde esta ausente la culpabilidad. La culpabilidad esta consignada a la concepción normativista, según la cual sin culpabilidad no puede haber reproche y en la que lo relevante es la persona humana como realidad singular, a la vez que árbitro de su propio destino.
(Goral, D. (2007). Imputabilidad Disminuida. Buenos Aires: Quorum.)
Ser árbitros de nuestros propios destinos, decidir lo que queremos o no en nuestras vidas, y castigar no a las personas, repudiar y castigar a las costumbres, a las problemáticas de fondo que llevan a la gente a optar por estas vías.

Julieta Cerda

María Francisca Possel


Referencias:

- CONACE (2007). Tratamiento del consumo problemático de alcohol y drogas y otros trastornos de salud mental en adolescentes infractores de ley. Santiago: Gobierno de Chile.

-Goral, D. (2007). Imputabilidad Disminuida. Buenos Aires: Quorum

- CONACE (2006). Observatorio Chileno de Drogas: Informe Anual de la Situación de las Drogas en Chile. Consultado en Octubre, 16, 2008 en http://www.conace.cl/inicio/pdf/Obser_ok.pdf.

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