asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

jueves, 13 de noviembre de 2008

Dialogando con las Drogas

Drogas, prohibición y dialogo.


Uno de los aspectos que más frustran en la polémica actual acerca de la legalización es que quienes debaten parecen ignorar el régimen legal. El sistema legal que resulta el uso de las drogas se suele calificar de moralista y paternalista más que de sistema racional para regular el consumo de las drogas psicoactivas. ( Moore en Husak D. 2001, p.61)


Moore nos da cuenta, de un espacio particular de afrontar y construir política. Establece que la discusión sobre la legislación del uso de drogas se instaura dentro de una condición de libertad en un sentido positivo. Concepto que desarrolla más cabalmente Isaiah Berlin y que guía la discusión en términos comunitarios y que promueve todas sus determinaciones en favor de una verdad “social” determinada, bajo esta mirada se entendería la necesidad de una mayor regulación al espacio social por parte de los estamentos sociales pertinentes. Las siguientes citas desarrollan la idea de Berlin en mayor profundidad, en palabras de Gil (2008):

En otras palabras, en la libertad positiva otro y otros guían mi vida y determinan lo mejor para mi existencia, no se tiene otro opción, puesto que es la única y la mejor. (p. 6)

El sentido <> de la palabra <> se deriva del deseo, por parte del individuo, de ser su propio dueño. Digamos que es una definición en la que se destaca el deseo del gobierno de sí mismo, de una libertad que no presenta obstáculo alguno. El problema de la libertad positiva, radica en señalar e imponer al otro lo que se considera que es bueno; de ahí la crítica a movimientos políticos e intelectuales que asumen esta labor a nombre de la verdad y de la libertad. (p.10)

Mario Gil, nos propone limites en torno al trato de la problematica en terminos de libertad positiva. Lo que significa que condiciona su forma y función en materia de integración social, pues se reconce la necesidadde de mposición a un otro de lo que “alguien” o un grupo determinado considera bueno o correcto. Es aceptable distinguir y establecer diferencias, pero al hacerce en términos de imposición, se pierde la condición de dialogo e inclusión de las partes. En esos terminos la integración "igualitaria" se hace inexistente. Pero C. Taylor nos presenta una condición ética de las sociedades en democracia, que permite reafirmar la necesaria visión de asegurar el dialogo entre las distintas partes de una sociedad y los ejes que la compongan, la siguiente cita nos ayudara a comprender de mejor manera esto, en palabras de Maldonado (2003):

Las consecuencias que trae dicha explicación ontológica para la ética de la autenticidad; reelaboraremos el papel del diálogo en la aparición de la identidad y la diferencia, diálogo que, posibilitado por la esfera pública, resulta la forma propia de la democracia que permite tanto la igualdad como la diferencia. (p.59)

Bajo este sentido retomemos los tratados de Berlin, desde una lectura distinta que nos permita hilar mejor las ideas de dialogo a la base de la diferencia y la condición libre del hombre para la discusión de los problemas que aquejan su vida en sociedad. Esta otra vía de desarrollo del concepto de libertad, responde al carácter negativo de esta y nos permite posicionar de mejor manera los caracteres emergentes tanto de identidad y diferencia de los individuos, en dialogo dentro de la sociedad, lo cual se podria traducir como un reconocimiento del sentido liberal. La siguiente cita permite vislumbrar el concepto de libertad negativa de Berlin, desarrollado por Gil (2008):


De ahí la idea de pluralismo en las sociedades y en la vida de los individuos. “<< La libertad es la esencia del hombre>>” La esencia de la libertad está en poder autogobernarnos como seres humanos, entendida esta última frase por Berlin, como aquello que pertenece a la cultura, al hombre en todo tiempo y lugar. La liberta negativa es lo que hace que seamos humanos, en tanto compatibles con los demás. Es pues, que el ser humano tiene necesidades y fines que se comparten con los demás a través del lenguaje para anunciarle al otro lo que él piensa y hace (…) Podemos decir que ser liberal significa un modo de vida que refuerza el individualismo, respetuoso de los derechos, tolerante e ilustrado en la forma humana, en una sociedad que también es liberal, respetuosa de dicha forma de vida. (p.8)

Entonces, afrontar la discusión de la legislación sobre las drogas en nuestro país no es una discusión que solo pueda ser afrontada desde la concepción positiva de la libertad. Más aun la visión paternalista sobre una sociedad, conduce indiscutiblemente a la instauración de la prohibición, situación que constituye a mi parecer un extremo de la aplicación del poder de una parte por sobre otro. Haciendo uso de la disposición a la condición positiva de la libertad y de la política, imperante en la sociedad chilena, arraigo resultante de la gran carga histórica que a dejado el devenir político positivo de nuestro país. Basta mirar los últimos 35 o 40 años de la historia de Chile, para reconocer un período de extremo sentido positivista (en cuanto a libertad) de la política chilena (siendo una de muchas lecturas posibles), situación que perfectamente podría tildar matices de totalitarismo, pero que en términos de discursos formales rescata la prácticamente inexistente participación de los individuos, pero que de una u otra forma reconoce la existencia necesaria de un otro, de una sociedad, delimitada exquisitamente por la autoridad.

Por tanto, ¿Cuándo hablamos de la discusión sobre las drogas, lo hacemos como una comunidad responsable e integrativa o más bien lo hacemos desde la reificación de la prohibición? Tema no menor, puesto que comprende la prohibición como una condición natural de nuestra sociedad y de su construcción, sesgando la amplia gama de posibilidad de las cuales se puede hacer uso a la hora de discutir problemas, como el alcoholismo, la drogadicción y el consumo, entre muchos otros. Para ayudarnos a comprender mejor, este escenario en torno a lo prohibido leamos la siguiente cita de Bogomolny,Sonnenreich y Rocograndi en Husak (2001):

La verdadera prueba [del sistema de clasificación legal] estará en relajar las restricciones cuando se justifique. Un esquema dirigido a imponer controles cada vez más fuertes pierde con el tiempo sus atributos más importantes: la flexibilidad y la capacidad para ajustar a las circunstancias sociales cambiantes. (p.67)

En este sentido seres libres, en cualquiera de los sentidos que reconoce Berlin, que representan una opción totalmente válida para el desarrollo de un país, deben integrar posibilidades de discusión más que restar aristas a sus problemas.

A eso apuntaron las primeras intervenciones de quien les escribe, a reconocer en términos de Walzer que una comunidad (utilizado indistintamente de sociedad) se define por sus límites, pero la constitución de esos límites debe ser una discusión que no se sesgue, que no se autoexcluya y que intente por todos los medios incluir a todas las partes involucradas en función de sus diferencias, tanto aquellos que se consideren particulares del circulo de mayor poder (nosotros), como aquellos otros extraños pero participantes (vosotros) de la esfera en la cual se centralice la discusión. Pues esa es la base de la construcción y búsqueda de soluciones para los problemas psicosociales de nuestro país.

Para finalizar, dejaré una cita que nos instruya y nos deje la puerta abierta para continuar el dialogo y la construcción de la discusión sobre como enfrentar los problemas psicosociales en nuestro país, en especial (por ser deber de quien les escribe), el alcoholismo, la drogadicción y la legislación de su consumo. En terminos de Navarrete (2007):

Desde un punto de vista teórico Walzer nos alerta de que, si efectivamente los bienes son creados y comprendidos social e históricamente, el foco de la justicia social debe ampliarse (desde la distribución) al proceso mediante el cual un bien se constituye como tal. Sólo de esta forma el significado social de los bienes —lo que significa para quienes es un bien— nos ofrecerá un criterio mediante el cual podamos enjuiciar su distribución a través de un principio de legitimación y crítica. De este modo, los bienes con un significado diverso, que obedecen a patrones de distribución diferentes y que constituyen esferas de distribución autónomas, permiten que la pluralidad y autonomía (relativa) de las esferas de las justicia se transforme en un principio radical: la versión distributiva del “arte de la separación” (Walzer, 1984) (…)En definitiva, la apuesta de Walzer es que el régimen de igualdad compleja no impedirá que se verifiquen diferencias y desigualdades dentro de cada esfera, pero si garantizará —a través de la independencia de las mismas— que el resultado global fuera igualitario. (p.12)



Cristián Andrés Castro Gallo.

Bibliografía:

1.- Gil, M. (2008). Humanismo, libertad y pluralidad en Isaiah Berlin. Consultado en 11, 13, 2008 en http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/gil60.pdf.

2.- Husak D. (2001). Drogas y derechos.( 1a. ed.) México D.F. : Fondo de cultura económica.

3.- Maldonado J. (2003). Taylor, espacio público para la democracia: acercamientos a la política desde la ontología moral. Consultado en 11, 13, 2008 en http://editorial.unab.edu.co/revistas/reflexion/pdfs/pan_510_4_c.pdf.

4.- Navarrete, J. (2007). Michael Walzer y <>. Consultado en 11, 13, 2008 en http://www.red21.cl/Articulos/tr01.pdf.

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